5/7/10

Head first.

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Y que voy a ver a Goldfrapp.
La verdad es que soy bien poser porque no conozco mucho de la jovencita esta. Ahora ya, pero hace un par de días sólo me sabía la de Rocket y así sin pena lo admito (sin llorar Maricarmen, sin llorar).
El concierto no fue la revelación del año ni se llevará ningún premio por los magníficos vestuarios (aunque no le vendría mal a mi guardarropa una capita de peluchón rosa como el de Alison Goldfrapp). La convivencia, bella; el alcohol, fluido; la cena, tacos del huequito; la hora de llegada, lamentable.
Lo rescatable fueron las dos groupies/twilightfans que deleitaban a la concurrencia cuando se paseaban por el salón Cuervo. Muchachonas de 1.80, peso pluma, hotpants de lentejuela, diamantina en la cara, una extraña mezcla entre Madonna y Keysha... ah y unos colmillos marca llorarás.
Oh sí, las compañeras no sólo aman a Alison, al parecer también se tiran un duelo con la familia Cullen. Bien por ellas.

En fin, nada nuevo bajo el sol.
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